Tal vez tengas un monstruo del sueño que prospera en la oscuridad: te roba el descanso, agita tus pensamientos y te hace despertar exhausto.
¿Y durante el día? Persiste, agota tu energía y convierte incluso las tareas más simples en una lucha.
Sin embargo, dormir bien (al menos 7 horas por noche) promueve una salud y un bienestar óptimos.1
El sueño profundo, o sueño de ondas lentas, es una fase reparadora que favorece la reparación muscular, el crecimiento de tejidos y mejora la función inmune.2
de las personas experimenta somnolencia diurna excesiva
de las personas vive con mal humor
de las personas se despierta con dolores de cabeza matutinos
de las personas se siente más irritable
de las personas no puede concentrarse
Es fácil ignorar las malas noches de sueño como si fueran solo una parte de la vida. ¿Pero qué pasaría si descubrieras que el cansancio, la niebla mental y la fatiga interminable no fueran normales?
Para muchos, el monstruo del sueño es más que solo una mala noche de descanso, es una fuerza oculta que interfiere con tu bienestar de formas que quizás ni siquiera te des cuenta. La apnea del sueño, a menudo no diagnosticada, puede ser uno de los principales culpables, impidiéndote obtener el sueño profundo y reparador que tu cuerpo necesita.
Y no se trata solo de sentirse cansado. Las investigaciones4 muestran que la falta de sueño puede contribuir a la ansiedad, la depresión y el estrés, afectando tanto a tu mente como a tu cuerpo.
Pero aquí están las buenas noticias: tienes el poder de liberarte de las garras del monstruo del sueño.
Reconocer el problema es el primer paso. ¿El siguiente? Retomar el control, porque un buen sueño puede cambiarlo todo.
Una vez que reconoces lo que está sucediendo y tomas las medidas necesarias para recuperar el descanso, tu Monstruo del Sueño pierde el control. se desvanece, dejándote renovado, lleno de energía y listo para afrontar el día.
Las buenas prácticas de higiene del sueño son esenciales para crear un entorno que promueva un sueño reparador y constante. Estos hábitos ayudan a prevenir los trastornos del sueño y mejorar la calidad del sueño.
Cambios simples, como mantener un horario de sueño regular, evitar las pantallas antes de acostarse y crear un ambiente relajante, pueden mejorar enormemente la calidad del sueño.
Mantenga un horario de sueño regular:
acostarse y despertarse a la misma hora todos los días ayuda a regular el reloj interno del cuerpo, promoviendo un sueño más constante y reparador.
Reduzca la ingesta de cafeína:
consumir cafeína demasiado cerca de la hora de acostarse puede alterar la capacidad de conciliar el sueño y entrar en etapas de sueño profundo, lo que lleva a una menor calidad del sueño.
Practique técnicas de relajación antes de acostarse:
actividades como la meditación, la respiración profunda o la lectura pueden ayudar a indicarle al cerebro que es hora de relajarse, mejorando las posibilidades de tener un sueño nocturno tranquilo.
Mejore la calidad de los alimentos:
una dieta bien equilibrada y rica en nutrientes que favorecen el sueño, como el magnesio que se encuentra en las verduras de hojas verdes y las nueces, puede mejorar la calidad del sueño. Evite las comidas pesadas cerca de la hora de acostarse.
Asegúrese de realizar actividad física con regularidad:
el ejercicio regular ayuda a regular los patrones de sueño, pero se deben realizar ejercicios intensos más temprano en el día para evitar interferir con el inicio del sueño.